LOS
ATRIBUTOS
A
las mujeres se nos han puesto muchas etiquetas.
Desde
tiempos remotos, somos malas, maquinadoras,
bellas,
putas, santas, vacías, tontas, zorras y muchas más.
Los
hombres, se han hecho merecedores de unas
pocas
menos, pero muy duras: fuerte, compacto, recio,
poderoso,
vigoroso, áspero, cruel, violento, arisco…
¡Y
lo más gracioso es que se han usado los órganos sexuales
para
adjudicarnos a través de ellos esos atributos!
¿Por
qué no se ha cogido el hígado o la hiel para decir que una persona
es
amarga, o el páncreas para decir que una persona es dulce o
insípida?
Bueno,
sí hemos utilizado otro órgano para etiquetarnos a todos, hombres y
mujeres:
el
corazón. Ser duro de corazón o no tener corazón o me lo dicta el
corazón...
Y
ya el otro órgano más sesudo para discriminarnos los unos a los
otros:
El
cerebro. Para ser listos o tontos, según convenga.
¡Me
encantan los órganos, y las células que los forman
y
el ADN que heredamos de él y de ella!
Por
lo tanto esos atributos, nos pertenecen a todo el género humano.